domingo, 12 de abril de 2009

La revolución salvadoreña derrota a la oligarquía

Por Heinz Dieterich
Publicado en Contrapunto

Los 75,000 mártires de la guerra civil en el triunfo electoral; análisis del triunfo de Mauricio Funes por un estudioso de las izquierdas latinoamericanas; su significado internacional.

MEXICO DF - El triunfo electoral del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el pasado 15 de marzo en El Salvador, es un evento de dimensiones históricas. Por primera vez, en quinientos años, la voluntad de las mayorías se ha impuesto sobre la de una de las oligarquías más sangrientas de América Latina. Así, el martirio de 75,000 caídos en la heroica lucha contra la tiranía de los años ochenta, ha sido reivindicado.

No es el triunfo que el FMLN había conquistado en la guerra popular revolucionaria (1981-1992), cuando derrotó en 1984 a la Guardia Nacional y al Ejército asesino; o cuando la ofensiva estratégica, en noviembre de 1989, tomó la capital San Salvador y demás ciudades principales, como Santa Ana, San Miguel y Usulután. En ambas ocasiones, la intervención del ejército más poderoso de la tierra en el pequeño país de 21 mil kmq evitó el colapso del aparato militar de la oligarquía.

La intervención de Washington en 1984 causó una grave crisis en el FMLN, pero el replanteamiento táctico-estratégico de las cinco organizaciones armadas y el repliegue hacia el pueblo (“la montaña de la guerrilla”) pararon el avance gringo-oligárquico y salvaron a la Revolución. La solidaridad internacional jugó su papel de retaguardia estratégica, con hospitales, entrenamientos político-militares, y, posteriormente, cohetes antiaéreos que llegaron desde lejanas tierras asiáticas hasta cercanas tierras caribeñas. Superada la crisis, la ofensiva estratégica de 1989 obligó a Washington a negociar un modus vivendi de posguerra que planteaba el desmontaje del militarismo, importantes reformas constitucionales y la incorporación del FMLN como partido político.

Un gobierno de centroizquierda

Como partido, el FMLN tuvo éxito en elecciones municipales y legislativas, llegando a gobernar las alcaldías más importantes del país y teniendo una representación considerable en el Parlamente, aunque insuficiente para bloquear la política económica del gobierno neoliberal de ARENA. El Frente fracasó, sin embargo en tres comicios presidenciales consecutivos (1994, 1999, 2004), lo que parecía indicar que nunca iba a poder derrotar a la oligarquía en las urnas.

Pese a todo, superando una serie de crisis internas; escogiendo al periodista Mauricio Funes, de larga trayectoria anti-derecha, como candidato presidencial; aprovechando el desencanto neoliberal por la crisis mundial; presentando un proyecto de gobierno de centroizquierda que dio confianza a las clases medias y dividió a la clase empresarial, un sector de la cual proporcionó millonarios recursos materiales a la campaña del Frente, se logró el triunfo electoral del 2009.

El resultado de estos factores es un gobierno de centroizquierda, y no podía ser de otra forma, porque el proyecto de izquierda fue imposibilitado en 1984 y 1989 por la intervención gringa. Era el único proyecto políticamente viable para derrotar al partido de la oligarquía, ARENA. La alternativa era quedarse en la oposición.

¿Qué significa ser gobierno de centroizquierda hoy en América Latina?

Ser gobierno de centroizquierda en América Latina hoy significa ser parte de la dinámica latinoamericana de avance de las fuerzas progresistas. No hay, hoy día, un gobierno socialista en Tierra firme: ni gobierno del Socialismo del Siglo XX, porque ninguno se basa en el Partido Único y la economía de mercado no-crematística, regida por precios administrativos y del mercado mundial; ni gobierno del Socialismo del Siglo XXI, porque ninguno se basa en la democracia participativa y la economía de equivalencias (valores de trabajo).

El carácter de clase de esos gobiernos, tomando en cuenta sus considerables diferencias nacionales, se define por tres grandes objetivos: el Estado de Derecho, el Estado de Bienestar y la soberanía y dignidad nacional. Esta es, también, la esencia política del gran triunfo popular en El Salvador. No es el triunfo original de 1984 y 1989 del FMLN, pero abre las vías de evolución hacia otro tipo de sociedad que estaban cerradas por el férreo control de la oligarquía.

La refundación del Estado

El principal obstáculo para lograr la construcción del Estado de Derecho, del Estado de Bienestar y de la soberanía, son las estructuras de poder de la oligarquía. Esas estructuras están intactas, desde sus Fuerzas Armadas, hasta la policía, el sistema judicial, el poder económico, sus medios de comunicación, incluyendo sus apoyos internacionales, como “Fuerza solidaria” que es una especie de “Brigada Mobil” internacional de guerra psicológica sucia contra los gobiernos progresistas latinoamericanos, particularmente Venezuela y Cuba, que cuenta en El Salvador con el apoyo de grandes empresarios claramente identificados.

De particular importancia es la reestructuración democratizadora del Estado oligárquico. Esto significa, en lo inmediato, la elección de los cinco magistrados de la Corte Suprema, de la recomposición del Tribunal Electoral, la dirección del Órgano Legislativo y, de parte del Frente, la configuración del Gabinete ministerial. Para las elecciones de 2012/2014, se trata de alcanzar el apoyo de las mayorías del país.

La lucha por el control del Estado

La derrota electoral de la derecha ha abierto un vacío del poder central en el país. Ante este vacío, ARENA ha reconcentrado su poder en una pequeña oligarquía de cuatro expresidentes, cuya misión consiste en impedir que el FMLN convierta el triunfo de una batalla electoral, en el triunfo de una guerra entre dos proyectos históricos.

Hay, por lo tanto dos dinámicas que intervienen en la refundación y la nueva distribución del poder del Estado. La negociación entre la derecha derrotada y el gobierno electo de centroizquierda, por una parte, y la negociación interna de las fuerzas triunfantes, por otra.

Pueblo y refundación del Estado

El triunfo electoral fue obra de tres sujetos políticos: el pueblo, el FMLN, y el grupo presidencial (Mauricio Funes y “Los amigos de Mauricio”). El gran debate ahora es si esos tres sujetos deben nombrar a los ministros del nuevo gabinete ---la cabeza del aparato ejecutivo del Estado remodelado--- de manera equitativa, o ponderada. Si los tres fueron los arquitectos del triunfo, ¿tendrá el pueblo el derecho y el poder de escoger el 30% de los ministros? Y si la respuesta es afirmativa, ¿cuál es el sujeto organizado que representa al pueblo?

Ante el enorme poder del binomio oligarquía—imperialismo, la unidad de los tres sujetos que construyeron la victoria electoral es esencial. Pero esa unidad sólo será invencible si su centro de gravitación es el pueblo. Dos grandes lecciones del país lo confirman: el repliegue del FMLN en el pueblo ante la intervención del imperialismo estadounidense, que impidió su destrucción y el martirio de Monseñor Romero.

Previendo ser asesinado por la oligarquía, Romero decía proféticamente: Si me matan, resucitaré en mi pueblo. Y hoy está resucitando junto al otro gigante de la identidad salvadoreña: Roque Dalton, asesinado por un comando del ERP, cuyos miembros, entre éstos Joaquín Villalobos, viven hasta este día en la infamia de no entregar los restos mortales de este gran revolucionario centroamericano.

Ambos, Romero y Dalton, junto a los 75,000 mártires, resucitaron en el corazón del pueblo salvadoreño. Y así se ganó la batalla electoral por el derecho a la refundación del Estado de El Salvador. Decía Roque en un poema, “Todos los caminos de Roma llevan a la dialéctica”. En El Salvador, todos los caminos del triunfo llevan al Pueblo.

(*) Analista latinoamericano y colaborador de ContraPunto

lunes, 30 de marzo de 2009

Funes & Funes

José Saramago
Escritor

Hace años, bastantes ya, en un viaje que de Canadá nos llevó a Cuba, hicimos parada en Costa Rica y El Salvador. De esta última visita quiero hablar hoy. Como siempre sucede cuando voy viajando por ahí, dí algunas entrevistas, la más importante de ellas a Mauricio Funes, ahora presidente electo de El Salvador. No lo conocía de antes. Tuve la grata sorpresa de encontrar, no a un periodista más o menos al servicio del poder, encargado de convencer al recién llegado escritor de las virtudes de un régimen basado en la más feroz represión, responsable directo, desde el gobierno a las fuerzas militares, de los abusos, arbitrariedades y crímenes cometidos por el Estado y por las poderosas familias de terratenientes, señores absolutos de la economía del país, sino a un interlocutor culto e informado de todo cuanto atañía, no sólo al largo martirio sufrido por el pueblo, sino también sobre la problemática posibilidad de un cambio que todavía no parecía vislumbrarse en el horizonte social y político en la sociedad salvadoreña. No volvimos a vernos, aunque Pilar ha mantenido, desde entonces, y en momentos personales y políticos muy duros para ellos, una correspondencia frecuente con Vanda Pignato, la esposa de Mauricio, que, a partir de ahora, seguramente se intensificará.

El otro Funes que aparece en el título es el de Borges, aquel hombre dotado de una memoria que lo absorbía todo, todo lo registraba, hechos, imágenes, lecturas, sensaciones, la luz de un amanecer, una onda de agua en la superficie de un lago. No le pido tanto al presidente electo de El Salvador, salvo que no olvide ninguna de las palabras que pronunció la noche de su triunfo ante los miles de hombres y mujeres que habían visto nacer finalmente la esperanza. No los desilusione, señor presidente, la historia política de América del Sur transpira decepciones y frustraciones, de pueblos enteros cansados de mentiras y engaños, es hora, es urgente cambiar todo esto. Para Daniel Ortega, ya basta con uno.

jueves, 19 de marzo de 2009

El día después de la elección

Roberto Cañas (*)

La Alternancia es una realidad. La democracia está en ruta a su profundización

SAN SALVADOR - El 15 de marzo el pueblo salvadoreño se jugó y ganó el presente y el futuro del país. La Izquierda triunfó en las elecciones a pesar de todo lo que la derecha hizo por evitarlo. Los votantes depositaron su confianza en Mauricio Funes (MF) para dirigir El Salvador. Durante muchísimo tiempo soñamos este momento, miles de salvadoreños ofrendaron generosos sus vidas por el cambio que hoy tenemos. Sin su sacrificio, sin su entrega no estaríamos disfrutando de esta victoria.

Cuando se preparó la Ofensiva General del 10 de enero de 1981 y también cuando se planificó la Ofensiva de noviembre de 1989 los revolucionarios teníamos como punto de contacto después de la victoria la Plaza Libertad. Hoy de manera electrizante los activistas del frente celebraron la victoria electoral en un lugar tremendamente simbólico, en el corazón del barrio de la derecha: El Paseo General Escalón. Y allí estaban presentes con todos los asistentes, Lil Milagro Ramírez, Roque Dalton, Luis Díaz, Rafael Arce Zablah, Felipe Peña Mendoza, Rafael Aguiñada Carranza, Febe Elizabeth Velásquez, Schafik Handal

La época de ARENA se terminó y El FMLN inicia una nueva era en la vida nacional en la que el fin de su actividad será sin duda la consecución de la “justicia social, la seguridad jurídica y el bien común”. Pero debe quedar claro desde el principio que el FMLN únicamente podrá gobernar el país y ser fuerte, si retoma y fortalece su vinculo con el Movimiento Social, ésta es la alianza principal, del nuevo gobierno, solo con el respaldo de la poblacion organizada, con la lucha de los salvadoreños-as se podrá con mucho esfuerzo crear un nuevo país.

Hoy más que nunca la izquierda victoriosa deberá agudizar su capacidad de análisis de la realidad nacional, de elaboración de pensamiento político, de estudio de la experiencia internacional, para poder hacer las propuestas audaces y correctas que demandan las circunstancias.

Se dice que las señas de identidad de la democracia son la alternancia en el gobierno y el reconocimiento de la derrota por parte del candidato que pierde las elecciones. ARENA aceptó su derrota es una buena señal. Esperemos que la cúpula arenera acepte completamente la nueva realidad.

A partir del 1 de junio del 2009 el reto es desarrollar un Plan para los primeros 100 días donde se den signos claros de la voluntad política del nuevo régimen para enfrentar la crisis económica, alimenticia, energética y ambiental que existe en todo el mundo. Se deben dar en el Plan pasos firmes para estabilizar los precios de la canasta básica, de las medicinas, medidas para que la ciudadanía tenga seguridad en sus personas y en sus bienes.

Gobernabilidad y búsqueda de la justicia social son los nombres del juego a partir del 1 de junio. Los Acuerdos de Paz, firmados en Chapultepec hace 17 años ya no aseguran la gobernabilidad hoy a finales de la primera década del siglo XXI. Se necesita pactar los nuevos consensos básicos que permitan sacar el país adelante en los próximos 15 años.

El Salvador y nosotros ya no somos los mismos después del 15 de marzo de 2009 los principales sujetos políticos y sociales tienen que cambiar su practica y ponerse a la altura de las circunstancias, y el pueblo soberano debe estar listo para demandar transparencia y rendición de cuentas en la gestión gubernamental. El 15 de marzo se escribió la historia.

La transición a la democracia, con la Alternancia en el Órgano Ejecutivo dio otro paso importante más. Enhorabuena!!!

El Salvador: “La oligarquía fue derrotada”

Daniel Trujillo (COLATINO)

El analista Dagoberto Gutiérrez habló con Diario COLATINO respecto a la victoria de Mauricio Funes y del FMLN, en la elección del domingo.

Hizo una valoración del papel que tiene que jugar el FMLN, Funes y ARENA, ahora que la izquierda llegará al Ejecutivo.

Gutiérrez aseguró que este suceso marca la historia del país, porque termina el periodo de los Acuerdos de Paz.

Este tanque de pensamiento de la izquierda espera que ahora la población entienda que es “sujeto de cambio”, lo cual quedó evidenciado en el resultado de la elección del domingo.

-¿Cómo valora el triunfo del FMLN en la elección presidencial?

A nivel mundial, la humanidad vive un régimen de excepción, esto quiere decir que las reglas que tradicionalmente se usaban para la supervivencia de la sociedad humana se han quebrado y no hay nuevas reglas sustitutivas. Eso se llama excepción.

-¿Es una excepción el triunfo del FMLN?

Para nuestro país es excepción histórica porque genera en una primera instancia, incertidumbre.

-¿Por qué?

Porque los corredores tradicionales del ejercicio del poder no pueden ser los mismos. ARENA y la oligarquía intentaron ganar la votación del quince de marzo usando los recursos tradicionales: el miedo, la campaña anticomunista contra la revolución venezolana, el ofrecimiento, y eso fracasó.

-¿Eso fue, podríamos decir, el “pecado” de ARENA?

No. Hay que saber primero quién ha perdido y qué es lo que ha perdido. La votación la perdió ARENA. La oligarquía ha sido derrotada, su ideología ha sido derrotada; también, ha sido derrotado el mercado, que es el rey en este país. Finalmente, ha sido derrotado su instrumento, que es ARENA, que es la derrota más visible, no es, sin embargo, la más importante.

Cuando se derrota la ideología oligárquica, la filosofía de mercado, esto permite descubrir la derrota política, adentro de la derrota electoral. Es decir, el pueblo hizo una promesa el quince de marzo.

-¿Marca un punto y aparte esta fecha en la historia de El Salvador?

Esta fecha es un momento de inflexión, por eso, es más que una fecha, es un momento histórico. Aquí termina ya el periodo de los Acuerdos de Paz.

-¿El Salvador podría pasar de una democracia representativa a la democracia participativa?

Eso dependerá del sujeto principal de este proceso que es la gente convertida en pueblo. Cuando la gente se convierte en pueblo, se transforma en sujeto político. Lo que la gente hizo el domingo fue democratizar a la democracia e ir más allá de la simple democracia representativa.

La gente votó por el cambio, pero por el cambio del poder, por el cambio de ejercicio del poder, por el cambio de gobierno y por el cambio de régimen.

-¿Podrá el gobierno del FMLN cumplir estos cuatro componentes en los próximos cinco años?

Estos cuatro componentes no se hacen desde arriba, se hacen desde abajo y desde adentro, no es el FMLN. El FMLN tiene que cambiarse a sí mismo para participar en este proceso de cambio popular. Pero, el sujeto real de los cambios es el pueblo; pero, también sectores de derechas, incluso oligarcas inteligentes y sensibles, y burgueses.

La gente debe saber que el proceso está en sus manos. Mauricio Funes es el presidente electo, es el que ganó las votaciones, pero, para que él encabece este proceso debe ser el líder del proceso. Para ser líder tiene que ser dirigido por el pueblo.

-¿En estos cinco años podrá pasar todo esto?

Tiene que pasar todo esto, en el primer día; hoy, tiene que pasar.

-¿Cómo cree que reaccionará la derecha?

Ningún oligarca se va a ir de este país, ni los burgueses. El mundo es muy inseguro para ellos y El Salvador es el único país seguro para ellos. Afuera de este país, el mundo capitalista se está derrumbando, aquí también. Nadie se va a ir, no sólo porque no tienen necesidad de irse, sino porque no tienen a dónde ir, ¡mirá qué maravilloso!, el miedo de ellos es injustificable.

-¿Cómo valora las palabras de Funes en su primera declaración como presidente electo, en las que dijo que su gobierno será de unidad?

Hay que entender la unidad como alianzas. La alianza es un acuerdo político con cemento político. La unidad es un acuerdo político con cemento ideológico, la clave es la primera para Mauricio, y él lo sabe muy bien. La alianza infaltable es la alianza con el pueblo, todos sabemos que la única fuerza que puede sostener ese gobierno es el pueblo, no son los oligarcas, porque ellos no saben de patria, ellos saben de negocios.

-¿Qué piensa de la reacción de Rodrigo Ávila?

Rodrigo Ávila fue un buen candidato, es además, un hombre inteligente.

Su discurso fue muy conveniente, muy costoso, porque ARENA nunca ha perdido y lo más duro para el ser humano es perder, por eso, Rodrigo dijo lo que tenía que decir, además, lo dijo bien.

-¿Comienza una nueva era para el país?

Así es. Todo lo que ocurrió ayer contiene lo que ocurrió en 1830, en 1932, en 1944, en 1967, en 1972, en 1977 y en la guerra, todo eso estalló el domingo e hizo añicos la filosofía oligárquica, pero, apenas se tiene el gobierno y no se tiene el poder, eso está pendiente.

Es un momento de inflexión pero con continuidad, por eso es una victoria donde resuena el llanto, la sangre, el dolor, la lágrima, el miedo de todos los desaparecidos y asesinados por los escuadrones de la muerte. Es un victoria donde recorre una lágrima inmensa que se llama Monseñor Romero.

-¿Cree que hay gobiernos del FMLN para varios años?

Dependerá de la capacidad de Mauricio para contaminarse con el pueblo.

Lo cierto es que no se trata simplemente de un nuevo gobierno, sino, de un nuevo poder y de un nuevo régimen.

-¿Hay un nuevo país, a partir de este momento?

Todavía no, porque lo nuevo nace siempre de lo viejo, además viene una transición, por eso es que una de las cosas infaltables que hay que hacer es la construcción de un nuevo aparato de poder.

-¿Cree que la derecha será una oposición constructiva?

Una parte de la derecha está en el nuevo gobierno y no pasará a la oposición. Otra parte de la derecha está en la clase dominante y optarán por entenderse con el nuevo gobierno. Otra parte de la derecha está en ARENA y tiene que aprender a ser oposición, esto les costará mucho.

Estoy seguro que serán una oposición tenaz que le enseñará mucho al FMLN como desempeñar ese rol.

-¿Quiénes ganaron?

Electoralmente los votantes pobres de ARENA han perdido, y los votantes pobres del FMLN han ganado. Pero políticamente, con la derrota electoral de ARENA han ganado sus votantes pobres y, también, han ganado los votantes pobres del FMLN.

Maravillosos aquellos que votaron por ARENA, porque ellos no pueden perder, porque el nuevo gobierno no gobernará partida- riamente, sino, políticamente.

miércoles, 18 de marzo de 2009

El Salvador: triunfo histórico y latinoamericano

LA JORNADA
MEXICO

Con base en los cómputos de la casi totalidad de las casillas, el candidato presidencial del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes, proclamó anoche su victoria en los comicios realizados en El Salvador y su rival de la derechista Arena, el oficialista Rodrigo Ávila, reconoció su derrota. El resultado comicial culmina una larga lucha popular iniciada en los años 70 del siglo pasado, que se confrontó con las armas en la mano contra una oligarquía dictatorial y sanguinaria, apoyada en sus peores excesos por Estados Unidos; que transitó por la firma de la paz, la desmovilización y la construcción de instituciones democráticas y que, después de tres lustros de enfrentar en las urnas a la derecha neoliberal, logra arrebatarle la Presidencia. El triunfo de Funes no se reduce, pues, a una gesta electoral coyuntural, sino que adquiere la significación de una victoria histórica que tiene tras de sí una saga de organización y resistencia popular, decenas de miles de muertes, décadas de un sufrimiento social inconmensurable y el aprendizaje nacional de una civilidad democrática que, a la postre, ha rendido sus frutos, y por el cual cabe felicitar a la sociedad salvadoreña.

Incluso en una circunstancia mundial de crisis económica profunda, la llegada al poder de la izquierda en el país más pequeño de América representa una esperanza para la mayor parte de la población de dicha nación, sumida en la pobreza, y se abre, con ello, la posibilidad de empezar a saldar la enorme deuda social, la cual no fue tema de los acuerdos de paz firmados en Chapultepec en 1992 entre la insurgencia popular y el gobierno, y gestionados con la participación activa de la diplomacia mexicana, que por esos tiempos conservaba aún su presencia y su prestigio en América Latina.

Por lo que hace al escenario internacional, el vuelco político en El Salvador constituye un refrendo a la tendencia continental caracterizada por el surgimiento en las urnas de gobiernos progresistas, soberanos y no alineados con el llamado "consenso de Washington", es decir, con las recetas económicas fraguadas por el pinochetismo y la Escuela de Chicago y luego impuestas a buena parte de la humanidad por los gobiernos de las naciones ricas. Es previsible que el gobierno presidido por Mauricio Funes se sume a los procesos de integración regional en los que confluyen, con todo y sus diferencias, Brasil, Bolivia, Cuba, Venezuela, Ecuador, Argentina, Paraguay, Nicaragua e incluso Chile, con todo y que en ese último país el neoliberalismo sigue siendo postura oficial.

Ese campo de gobiernos independientes y de clara vocación latinoamericanista ha debido ser reconocido incluso por el gobierno de Barack Obama, como quedó de manifiesto en su encuentro con el presidente brasileño, Luis Inazio Lula Da Silva, en quien el nuevo mandatario estadunidense reconoció la interlocución con otros gobiernos sudamericanos.

Además de ése, otros sucesos recientes parecen indicar que Washington se dispone a rediseñar su política de alianzas hacia América Latina. Si hasta el último día del gobierno de Bush los pilares principales de esas alianzas fueron los regímenes de derecha de Álvaro Uribe (Colombia) y Felipe Calderón (México), en días pasados ambos gobiernos han verbalizado un distanciamiento ante Estados Unidos. Así lo hicieron el propio Calderón y algunos de sus colaboradores, la semana pasada, al rechazar con estruendo críticas al desempeño del gobierno mexicano, sobre todo en materia de seguridad, y ayer el vicepresidente colombiano, Francisco Santos, hizo lo propio, al quejarse de que la administración de Uribe ha recibido un trato "indigno" de la potencia del norte en el contexto del Plan Colombia, e incluso puso en duda –cosa insólita– la vigencia de ese acuerdo bilateral de contrainsurgencia y combate al narcotráfico.

En suma, el escenario continental se transforma con rapidez, y el triunfo electoral del FMLN no sólo corresponde a un proceso de cambio en El Salvador, sino que se inscribe también en una realineación regional sin precedente. Si el colapso económico global representa una difícil situación de arranque para la izquierda que gobernará ese país, tal circunstancia puede ser atenuada por la existencia de administraciones progresistas que son, en principio, aliadas naturales de los vencedores en la elección de ayer. El gobierno que habrá de presidir Mauricio Funes no enfrentará la soledad regional a la que en su momento debieron hacer frente la presidencia de Jacobo Arbenz en Guatemala, la revolución cubana o el gobierno de Salvador Allende en Chile, y cabe felicitarse por ello.

ESTA VEZ FUE DIFERENTE. MAURICIO ES EL NUEVO PRESIDENTE



Mauricio Funes es el nuevo presidente de El Salvador. Él venció a Rodrigo Ávila. El FMLN venció a Arena. Y la esperanza venció al miedo. “Hoy es el día más feliz de mi vida”, dijo Mauricio al empezar su pronunciamiento de la victoria, poco después de las 21 horas en el Hotel Sheraton. A esta altura, con más de 90 por ciento de las urnas escrutadas, la ventaja del candidato del FMLN era superior a 2,5 puntos y ya no podía ser superada por Arena. Fue así que El Salvador empezó a vivir una nueva fase de su vida, después de 20 años de gobierno de Arena. Una victoria histórica por un cambio seguro. Una victoria histórica del pueblo salvadoreño. Lea más abajo el mensaje integro de Mauricio Funes a la nación salvadoreña.


AMIGAS Y AMIGOS,
ESTA ES LA NOCHE MÁS FELIZ DE MI VIDA.
Y QUIERO QUE SEA, TAMBIÉN, LA NOCHE DE LA MÁS GRANDE ESPERANZA DE EL SALVADOR.
QUIERO ABRIR ESTA NOCHE PIDIENDO, DE FORMA HUMILDE Y EMOCIONADA, MUCHAS GRACIAS A TODOS LOS QUE VOTARON POR MI.
A TODOS LOS QUE ESCOGIERON EL CAMINO DEL CAMBIO Y DE LA ESPERANZA.
A TODOS LOS QUE VENCIERON EL MIEDO Y SE ENTREGARON CON EL PECHO ABIERTO A LA LUCHA DEMOCRÁTICA POR UN NUEVO EL SALVADOR.
QUIERO QUE ESTA NOCHE TENGA EL MISMO SENTIMIENTO DE ESPERANZA Y RECONCILIACIÓN, QUE EL DÍA EN QUE SE FIRMARON LOS TRATADOS DE PAZ DE NUESTRO PAÍS.
SÍ, PORQUE, EN ESTA NOCHE TAMBIÉN SE FIRMA UN NUEVO TRATADO DE PAZ.
UN TRATADO DE RECONCILIACIÓN DEL PAÍS CONSIGO MISMO.
DE HERMANOS CON HERMANOS.
DE HERMANAS CON HERMANAS.
ESTA ES LA GRAN NOCHE DE LA NUEVA FAMILIA SALVADOREÑA.
Y, PARA SER PARTE DE ESTA FIESTA, PARA SER PARTE DE LA GRAN TAREA DE CONSTRUCCIÓN DEL FUTURO, YO INVITO A TODOS MIS COMPATRIOTAS, SIN DISTINCIÓN DE PARTIDOS, DE GENERO, DE RAZA, CREDO O CLASE SOCIAL
QUIERO SER EL LÍDER DE LA PAZ, DE LA UNIÓN Y DEL PROGRESO.
QUIERO SER EL LÍDER DE LA JUSTICIA SOCIAL.
QUIERO SER EL LÍDER DE LA VERDADERA RECONSTRUCCIÓN DEL PAÍS, QUE COMIENZA CON LA RECONSTRUCCIÓN DA VIDA DE LAS PERSONAS.

AMIGAS Y AMIGOS,
SÉ QUE TENDREMOS UN LARGO Y TRABAJOSO CAMINO POR DELANTE.
PERO SI EL CAMINO FUESE FÁCIL NOSOTROS NO HABRÍAMOS SIDO LLAMADOS.
NOSOTROS FUIMOS LLAMADOS PORQUE AQUELLOS QUE ESTUVIERON TODOS ESTOS AÑOS EN EL PODER YA NO TENÍAN MÁS RESPUESTAS PARA NUESTROS PROBLEMAS.
SU MODELO ESTABA AGOTADO.
ESTA ES LA RIQUEZA Y LA BELLEZA DE LA DEMOCRACIA: CUANDO UN PARTIDO O GRUPO SOCIAL SE AGOTA EN EL PODER, LA SOCIEDAD CONVOCA OTRO PARA SUSTITUIRLO.
PARA TRABAJAR EN FAVOR DE LOS INTERESES DE LA MAYORÍA.
NOSOTROS TENEMOS QUE LLEGAR CON LA HUMILDAD DE QUE NO SOMOS LOS MEJORES DEL MUNDO.
DE QUE NO SOMOS LOS ÚNICOS BUENOS.
DE QUE NO SOMOS LOS DUEÑOS DE LA VERDAD.
DE QUE NO SOMOS LOS SALVADORES DE LA PATRIA.
NI QUE TENEMOS EL MONOPOLIO DEL SABER.
NO PODEMOS CAER EN EL GRAN ERROR DE ARENA, QUE SIEMPRE SE CERRÓ A LA CONTRIBUCIÓN DE OTROS SEGMENTOS SOCIALES.
QUE SIEMPRE SE MOSTRÓ INSENSIBLE AL DOLOR DE LOS GRANDES SECTORES DESPROTEGIDOS.
Y QUE SIEMPRE QUISO PERPETUARSE EN EL PODER COMO SI SOLAMENTE ELLOS SUPIESEN O PUDIESEN GOBERNAR.
¿CÓMO, ENTONCES, DEBEMOS LLEGAR AL PODER?
DEBEMOS LLEGAR CON LA MÁS FUERTE VOLUNTAD, LA MÁS INTENSA ENERGÍA Y EL MÁS INQUEBRANTABLE CORAJE, QUE YA EXISTEN EN ESTA TIERRA.
CON EL MAYOR SENTIMIENTO DE AMOR QUE YA INUNDÓ NUESTRA PATRIA.
Y CON EL MAYOR DESEO DE CAMBIO QUE YA ENVOLVIÓ NUESTROS CORAZONES.


AMIGAS Y AMIGOS,

QUIERO HACER UN GOBIERNO DE UNION NACIONAL, PERO UNA UNIÓN BASADA EN EL CAMBIO.
LOS SALVADOREÑOS VOTAMOS POR EL CAMBIO, Y EL CAMBIO VENDRÁ.
UN CAMBIO SEGURO, CON ESTABILIDAD, SIN RUPTURA DEL SISTEMA ECONÓMICO Y JURÍDICO DEL PAIS.
PERO CON CAMBIOS PROFUNDOS EN EL MODELO DE LA GESTION PÚBLICA, DE LA TRANSPARENCIA, DE LA PARTICIPACION Y DE LA JUSTICIA SOCIAL.

AMIGAS Y AMIGOS,

ESTA ES LA HORA DEL PERDÓN Y DE LA RECONCILICACIÓN.
PERDONO A TODOS LOS QUE NOS AGREDIERON Y CALUMNIARON.
Y PIDO, TAMBIÉN, QUE ME PERDONEN AQUELLOS QUE EN EL CALOR DEL EMBATE, PUDIESEN HABERSE SENTIDO OFENDIDOS POR ALGUNA ACTITUD MÍA.
ESTA ES LA HORA DE LA RECONCILIACIÓN PORQUE SOLAMENTE CON PAZ Y UNIÓN PODEMOS VENCER, MÁS RÁPIDO, LOS GRAVES PROBLEMAS QUE NUESTRO PAÍS ENFRENTA.
ES HORA DE ACCIÓN Y NO DE AGRESIONES.
ES HORA DE AVANZAR HACIA EL FUTURO Y NO DE VENGANZAS DEL PASADO.
ES HORA DE DISFRUTAR DE UN AMPLIO ESFUERZO DE REALIZACIONES POR LA PATRIA.
QUIERO OFRECER AL PRESIDENTE SACA TODO MI APOYO PARA QUE ÉL CONCLUYA BIEN LOS ÚLTIMOS MESES DE SU GOBIERNO.
Y TENGO LA CERTEZA DE QUE ÉL VA A FACILITAR EL TRABAJO DE LOS EQUIPOS DE TRANSICIÓN.
ESO SERÁ FUNDAMENTAL PARA QUE EL PAÍS NO SUFRA NINGÚN PERJUICIO, NI SE AGRAVE LA CRISIS ECONÓMICA QUE ENFRENTAMOS.
PROMETO RESPETAR, HASTA EL ÚLTIMO DÍA, LA AUTORIDAD DE NUESTRO PRESIDENTE Y DE SU EQUIPO DE GOBIERNO, PUES ESO ES FUNDAMENTAL PARA EL EQUILIBRIO DEMOCRÁTICO Y EL BUEN FUNCIONAMIENTO DE LAS INSTITUCIONES.
QUIERO HACER UN LLAMADO ESPECIAL A LOS PODERES LEGISLATIVOS Y JUDICIALES QUE SE INTEGREN, DE MANERA SOBERANA E INDEPENDIENTE, EN ESTE ESFUERZO DE CONSTRUCCIÓN DEL FUTURO DE NUESTRA PATRIA.
TENGO LA ABSOLUTA CERTEZA DE QUE ELLOS TENDRÁN UN PAPEL FIRME Y POSITIVO EN ESTE MOMENTO ESPECIAL DE NUESTRAS VIDAS.
EL DÍA PRIMERO DE JUNIO, TODOS LOS SALVADOREÑOS, JUNTOS, VAMOS A DAR VUELTA UNA PÁGINA DE NUESTRA HISTORIA E INAUGURAR UN NUEVO CAPÍTULO DE ESPERANZA.
CONVOCO A TODOS LOS SALVADOREÑOS Y SALVADOREÑAS, QUE NOS UNAMOS PARA RECONSTRUIR NUESTRO PAÍS Y HACER DE EL SALVADOR, DE VERDAD, UN PAÍS PARA TODOS.

MUCHAS GRACIAS, QUE DIOS NOS BENDIGA Y BUENAS NOCHES.