ARENA y su división interna

“El Salvador es un país que ha progresado, porque hay muchos carros y centros comerciales”, Rodrigo Ávila.

Con esta frase, dicha en una entrevista publicada por La Prensa Gráfica, se caracteriza el nuevo candidato del partido de derecha -ARENA-, elegido el sábado pasado en una pretendida votación participativa, que, sin embargo, ha sido definida por algunos miembros de ese mismo partido como “irregular”.

Varias personas que formaron parte de este proceso eleccionario expresaron su desconecto porque, según ellos, “ya estaba previsto” que Rodrígo Ávila, ex director de la Policía Nacional Civil de El Salvador, sería el elegido por ARENA para competir en las elecciones presidenciales de 2009. De acuerdo con este reclamo, Ávila tiene el fuerte respaldo del actual presidente del país, Antonio Saca, y del Vicepresidente de Ideología del Consejo Ejecutivo Nacional, René Figueroa.

Una de las denuncias más contundentes fue realizada por Ana Vilma de Escobar, actual Vicepresidenta de la República, quien competía con Ávila por la candidatura. Escobar expresó que “hubo personas de ARENA que presionaron a los votantes en los diferentes municipios". Contrario a anteriores señalamientos hacia personas del mismo partido, esta vez Escobar mencionó a Herberth Saca y Adolfo Torres como los ejecutores de la propaganda negativa en su contra, por el hecho de ser mujer.

"Son extraños los bajos resultados que obtuve, pues fueron de 1.7% a nivel nacional, entre dos mil setecientos votantes", dijo, basándose en los resultados obtenidos en las encuentras, dónde aparecía como la más popular de los tres precandidatos.

Por otro lado, la misma “base” arenera se ha pronunciado en diferentes espacios y a través de varios medios de comunicación, expresando su descontento con la elección. A su juicio, Rodrigo Ávila no es un candidato que pueda competir con Mauricio Funes, quien posee “mucha más capacidad y preparación” y quien, según las últimas encuestas -- entre ellas la más reciente de CID-Gallup--, es el favorito (a ganar) del electorado, con un 38.5% de preferencia, frente al 33.8% de Ávila.

Estas elecciones internas, que habían sido fuertemente publicitadas por ARENA como una muestra de sus “prácticas democráticas”, en realidad sirvió para poner más que nunca en evidencia la división interna de ese partido, pues, a pesar de tener a su favor a la mayoría de medios de comunicación del país, no fue posible ocultar las contradicciones entre los grupos de poder y los conflictos provocados por las anomalía presentadas en su propio proceso eleccionario.