domingo, 30 de marzo de 2008

Monseñor Romero Vive!! La lucha sigue!!


“El grito de liberación de nuestro pueblo, ya nada ni nadie lo puede detener”

M. R.

A 28 años del cruel asesinato del Arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, incansable luchador por la defensa de los derechos humanos en El Salvador, recordamos su obra y su trabajo por la justicia, la igualdad y la paz en nuestro país, así como también reflexionamos sobre las causas que motivaron a Monseñor Romero a realizar sus enérgicas denuncias contra los abusos del Gobierno. Dicho análisis nos lleva a concluir que las ideas de Monseñor continúan siendo vigentes, porque luego de tantos años, la exclusión, la pobreza y la injusticia social, siguen reinando en El Salvador.

Este 2008, se cumplen también 28 años de impunidad de este asesinato, considerado “crimen contra la humanidad”, y 8 años de desacato del Estado Salvadoreño, que evade constantemente las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la cual ha ordenado investigar exhaustivamente el caso, escudándose en la Ley de Amnistía promulgada por el Gobierno de ARENA, horas antes de que fuese divulgado el informe Comisión de la Verdad en 1993. Dicho informe determinó que el autor intelectual del crimen fue el mayor Roberto D'Abuisson, fundador del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), actualmente en el Gobierno.

A su muerte, Monseñor Romero se convirtió en símbolo de una nueva iglesia con opción preferencial por los/as pobres y en un ejemplo de esperanza para el pueblo salvadoreño.

En esa esperanza que ahora renace, su mensaje perdura!

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola chicos cómo están? Espero que muy bien. Una vez más quiero suscribir mis felicitaciones bajo la nota del aniversario de un hombre tan importante para Centroamérica como Monseñor Romero. A pesar de ser ateo, si tuviera que creer en algo relacionado con la religión, Romero sería en quien creyera. Será porque en algún lugar de pasado nuestras historias se unieron, o por mi simple admiración a su trabajo, por lo que sea y a pesar de que han pasado unos días de su aniversario, desde algún rincón de esta urbe de locos llamada Ciudad de México, también mi familia y yo recordamos a ese hombre tan digno y maravilloso, que ayudó a cientos de personas a vivir mejor.
Un abrazo fraternal para todos ustedes.
Emiliano