martes, 11 de marzo de 2008

¡Sí a la paz en Colombia, no al terrorismo de Estado!

El pasado jueves 6 de marzo la/os miembros del Comité por el Cambio en El Salvador. México, asistimos a la concentración frente a la Embajada de Colombia para condenar los crímenes cometidos por el Estado y los grupos paramilitares contra cientos de ciudadanos/as de ese país. Nos solidarizamos con todo/as los/as colombiano/as que luchan porque se logre la paz, la justicia y la igualdad, y hacemos un llamado a condenar las políticas autoritarias, criminales y excluyentes de Álvaro Uribe y su gobierno.
Hemos visto con creciente preocupación cómo el fanático discursos anti-FARC, orquestado por Uribe con el apoyo de los medios de comunicación oficiales, insiste en simplificar la complejidad del conflicto colombiano, pretendiendo reducir la cantidad y gravedad de los problemas en Colombia a la guerrilla, creando una cortina de humo en torno a los comprobados nexos de Uribe y su gente con el paramilitarismo y el narcotráfico.
El proyecto uribista es el proyecto de la guerra, la destrucción, la perpetuación de la fragmentación de Colombia, la impunidad para el paramilitarismo, la desestabilización de la región, la intolerancia y el odio entre coterráneos.
Ese 6 de marzo nos manifestamos contra la ceguera, la injusticia social, la destrucción y la muerte, a favor del cese a la violencia, por el Acuerdo Humanitario, por la salida negociada al conflicto, por la voluntad de reconciliación y conciencia de sí, de un pueblo que se desangra. Nos manifestamos a favor de la vida en ese hermoso -tan lleno de vida- como es Colombia.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola soy Emiliano Balerini Casal, de la maestría en Estudios Latinoamericanos de la UNAM. La razón por la que les escribo es para felicitarlo, pues desde hace muchos años -mediados de la década de 1990- no se hacía un trabajo como este para difundir información sobre El Salvador. Además, porque para aquellos que tenemos una historia pendiente con Centroamérica, nos ayuda a entender qué pasa en ese rinconcito del subcontinente tan lindo y al cual, por lo menos yo, nunca regresé.
También quiero saber cómo puedo colaborar con ustedes, pues estoy muy interesado.
Les mando un abrazo solidario, militante y honesto, desde algún lugar de la Ciudad de México, esperando poder conocerlos a todos pronto.