jueves, 23 de octubre de 2008

"Dar gato por liebre", la estrategia Zablah

Leonel Herrera*

El empresario Arturo Zablah, el partido ARENA y sus medios de comunicación afines quieren "dar gato por liebre", con una estrategia electoral basada en tres mentiras principales.

La primera consiste en que Zablah se presenta como "representante de la sociedad civil", ajeno a ARENA y portador de las aspiraciones de cambio que expresan los sectores dañados por las medidas económicas, políticas y sociales aplicadas durante los últimos 20 años.

Pero ¿a cuál sociedad civil se refiere? Muy pronto, asegura, aparecerán públicamente esos respaldos.

Sin embargo, es difícil visualizar tales apoyos, pues la mayoría de personalidades y referentes ciudadanos que lo respaldaron cuando propuso su "Alianza por el Cambio" ya abrazaron el proyecto encabezado por Mauricio Funes, candidato presidencial del FMLN.

No obstante, para clarificar sobre sus posibles apoyos, sería oportuno que quienes le respaldaban hace un año se manifestaran públicamente. Personalidades destacadas como Mauricio Loucel (Rector de la Universidad Tecnológica), José Domingo Méndez (ex presidente de la Corte Suprema de Justicia) entre otros, deberían sentar posición ahora que Zablah pasó de ser opción de cambio a un continuador del modelo que tanto fustigó.

Ante la falta de apoyo de personas honorables y comprometidas con la democracia, el desarrollo y la institucionalidad del país, Zablah no podrá más que presentar a Julio Hernández (FDR), Jorge Villacorta (CD), algunos ex funcionarios de ARENA y otros personajes de muy poca credibilidad política, que más bien empeorarán su imagen y sus posibilidades de conseguir respaldos adicionales a ARENA.

La segunda mentira se refiere a que ARENA exhibe la candidatura de don Arturo como una "muestra de apertura" hacia sectores sociales, políticos y profesionales no vinculados al partido gobernante.

Quizás los autores del discurso arenero piensan que la población olvida que don Arturo fue miembro de ARENA y funcionario de sus primeros dos gobiernos (el de Cristiani y de Calderón Sol), que implementaron las contrarreformas neoliberales continuadas por Flores y Saca.

Es decir, don Arturo no es más que un miembro y después disidente de ARENA que hoy se reincorpora a la estructura partidaria como candidato a la vicepresidencia de la República. No hay tal apertura, ya que en lugar de él pudo ser cualquier otro ex funcionario arenero.

En vez de abrir el partido hacia votantes indecisos, la candidatura de don Arturo provoca divisiones internas y descontentos en miembros y simpatizantes de ARENA que no le perdonan las fuertes críticas que planteó, especialmente contra los últimos dos gobiernos. Esto ya se evidencia con los reclamos de Miguel Lacayo (ex Ministro de Economía), Luis Membreño (analista económico) y del propio ex presidente Armando Calderón Sol.

Y la tercera mentira consiste en la creación mediática del "fenómeno Zablah" que, según varios periodistas y analistas, dará un "importante impulso" a la campaña de ARENA. Esto seguramente "será demostrado" por las próximas encuestas de LPG Datos y los sondeos que patrocinan la Telecorporación Salvadoreña, El Diario de Hoy y Diario El Mundo. En éstas, Funes y Ávila podrían aparecer ya "empatados" en las preferencias electorales, "gracias al fenómeno Zablah".

Sin embargo, tal "fenómeno" no puede concretarse objetivamente porque la contribución de Zablah a ARENA no será mucha, por al menos tres razones: 1. En la cultura política salvadoreña el candidato vicepresidencial es una figura decorativa y no tiene mayor peso, 2. Zablah no es muy conocido más allá del Área Metropolitana de San Salvador y 3. Generan desconfianza sus contradicciones de ser un detractor de ARENA y ahora su aspirante vicepresidencial.

Por el contrario, la candidatura de Funes sí ha causado un fenómeno constatable sociológicamente: sectores externos al FMLN lo respaldan (Movimiento Ciudadano Amigos de Mauricio) y congrega a miles de mujeres, hombres, jóvenes, ancianas y niños que quieren verlo, oírlo y saludarlo en todos los lugares que visita. Sin embargo, el "fenómeno Mauricio Funes" no es visible en los medios de comunicación que han inventado y destacan el "fenómeno Zablah".

En conclusión: Zablah no representa a la sociedad civil, su designación como candidato no constituye una apertura de ARENA y el "fenómeno Zablah" no existe en términos reales. Creer lo contrario es aceptar "gato por liebre".

*Periodista, colaborador de Diario Co Latino.


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